Primera edición y traducción de correspondencia y escritos de Henri Rousseau al castellano. Ilustrada«Como signo distintivo, lleva la barba enmarañada y forma partede los Independientes desde hace ya mucho tiempo, convencidode que a un autor cuyo pensamiento se eleva a lo bello y al biense le ha de ...
Primera edición y traducción de correspondencia y escritos de Henri Rousseau al castellano. Ilustrada«Como signo distintivo, lleva la barba enmarañada y forma partede los Independientes desde hace ya mucho tiempo, convencidode que a un autor cuyo pensamiento se eleva a lo bello y al biense le ha de dejar que produzca en total libertad.»?HENRI ROUSSEAU, Nota autobiográfica (1895)«Envié mi cuadro grande, a todo el mundo le parece bien, creoque vas a desarrollar tu talento literario y me vengarás de todos losinsultos y afrentas recibidos. Sé por Picasso que las críticas artísticaslas escribes en L'Intransigeant.»?HENRI ROUSSEAU, Carta a Guillaume Apollinaire (11 de marzo de 1910)«Pocos artistas fueron más degradados en vida que el Aduanero,y pocos hombres opusieron una cara más complacida a las mofas,a las groserías con que lo hostigaban. Este viejo cortés tuvo siempreel ánimo tranquilo, y, gracias a una feliz cualidad de su carácter,interpretaba interesadamente en las burlas que los que mayoraversión le tenían estaban en cierto modo obligados a opinar desu obra. Por supuesto esta serenidad no era otra cosa que orgullo.El Aduanero era consciente de su fuerza. Una o dos veces se leescapó que era el mejor de los pintores de su tiempo. Y es posibleque en bastantes aspectos no se equivocara mucho. Porque si biende joven no recibió una educación artística (y eso se nota), pareceque, en la madurez, cuando quiso pintar, observó a los maestros conpasión y fue casi el único entre los modernos que adivinó sus secretos.»Sus defectos consistieron solo a veces en un exceso desentimiento, casi siempre en una bonhomía popular de la cualno habría podido sustraerse y que contrastaba bastante con susproyectos artísticos y con la actitud que había podido adoptaren el arte contemporáneo.»Pero ¡qué cantidad de cualidades! ¡Y qué significativo que lajuventud artística las haya adivinado! Hay que felicitarla, sobre todosi su intención no es solo honrarlas, sino también hacerlas suyas.»? GUILLAUME APOLLINAIRE, «El triunfo del Aduanero Rousseau»(L'Intransigeant, 20 de abril 1911)
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